Así es, pues, la matemática; te recuerda la forma invisible del alma; da vida a sus propios descubrimientos; despierta la mente y purifica el intelecto; arroja luz sobre nuestras ideas intrínsecas y anula el olvido y la ignorancia que nos corresponde por el nacimiento (Proclo).”
Juro por Apolo délico y por Apolo pitio
Por Urania y todas las musas,
por Zeus, la Tierra y el Sol, por Afrodita, Hefesto y Dionisos,
y por todos los dioses y las diosas,
que nunca abandonaré las matemáticas
ni permitiré que la chispa que los dioses han prendido en mí se apague.
Si no mantengo mi compromiso, que todos los dioses y diosas por los que he jurado se enfurezcan conmigo y muera de una muerte miserable;
y que si lo cumplo, me sean favorables.