A mediados del siglo XIX, los astrónomos habrían verificado, de modo indiscutible, que el planeta Urano presentaba ciertas irregularidades en su movimiento. ¿Cómo explicar las causas de esas irregularidades?
El cálculo de Neptuno (Fernandes Costa)
Leverrier, que revisó
Un intrincado problema,
Más de un planeta predijo
Dentro de nuestro sistema.
Y como de bien el estudio,
Saber el movimiento
Le ordenó a brillar
¡En un punto en el cielo!
El telescopio dirigido
Fue justo, en la cara del cielo
Y en el lugar designado
Neptuno apareció.
Le Verrier, siguiendo los consejos de Arago, resolvió abordar la solución de este famoso problema astronómico. El sabio francés, que todavía era muy joven ya que tenía sólo 35 años de edad, sabe, desde luego, dar feliz orientación a sus investigaciones. Y para abordar la cuestión resolvió atribuir las perturbaciones de Urano a un astro cuya posición en el cielo era preciso determinar.
Y Le Verrier, aún con la incertidumbre de los resultados, escribió: ¿Si se pudiera determinar un punto en el cielo donde los astrónomos deben reconocer un cuerpo extraño, fuente de tantas dificultades?
Algunos meses después se encontró la solución; un el día 1 de junio de 1846, Le Verrier presentaba a la Academia Francesa las coordenadas celestes del planeta perturbador de Urano. ¿Existiría realmente aquel astro que Le Verrier sospechaba y que hasta entonces nadie había visto? La academia recibió con cierta desconfianza la aseveración lanzada por el joven matemático.
Galle, astrónomo del observatorio de Berlín, menos por convicción que para atender el pedido de Le Verrier, procuró observar el trecho de la bóveda celeste donde debía hallarse el "planeta desconocido", y verificó que allí existía un astro que correspondía exactamente a la estimación del sabio francés, como si fuera hecho a la medida. Ese astro recibió el nombre de Neptuno.
Tal resultado, más allá de representar un incomparable triunfo para la Mecánica Celeste, vino a demostrar la fecundidad asombrosa de las leyes físicas cuando se emplean inteligentemente.