Un equipo de matemáticos de la Universidad de Oviedo (Asturias) ha desarrollado un procedimiento para poder contar los aullidos individuales de los lobos a partir de las grabaciones de los coros de la manada, según publican en la revista Signal Processing. La técnica se basa en herramientas matemáticas de tratamiento de la señal, y según sus creadores, puede ayudar al estudio de las poblaciones de estos cánidos.
La ventaja principal de este método es que sirve para cuantificar los lobos en libertad de una forma “muy poco intrusiva”, además de que los recursos humanos y económicos necesarios para su aplicación son “mucho menores” respecto a los empleados en otras técnicas. Los censos de lobos se realizan con frecuencia para controlar sus poblaciones, tanto por sus efectos sobre el ganado, como por considerarse especie protegida en algunas regiones.
El problema es estimar el número de individuos que componen una manada de lobos adultos y subadultos a través de las grabaciones de sus coros, y colateralmente también estimar la presencia de cachorros. Para afrontar este reto los investigadores asumen que los aullidos y ladridos de cada lobo se pueden modelizar mediante una función matemática denominada “chirp”, que permite comprobar las variaciones a lo largo del tiempo de la intensidad del sonido (amplitud analítica) y su frecuencia instantánea.
Los matemáticos separan aquellas partes de la señal que son una función “chirp” para extraer las voces de los lobos, y descartan los sonidos que no lo son, como los emitidos por otros animales, las señales procedentes de la actividad humana y el ruido de fondo. En algunas ocasiones aparecen también funciones “chirp” procedentes, por ejemplo, de la berrea del ciervo, y los investigadores deben recurrir a otros métodos para eliminarlas.
Para estudiar la señal en un determinado instante los científicos emplean la “Transformada Chirplet”, una herramienta matemática que les sirve para estimar tanto la intensidad de cada voz como las variaciones de la frecuencia instantánea, lo que les ayuda a establecer un criterio para separar los aullidos y los ladridos de cada lobo.
Este proceso de separación proporciona un arma poderosa para el estudio de la estructura de una manada, ya que si dos voces tienen frecuencias instantáneas proporcionales se puede suponer que se trata de dos armónicos diferentes producidos por un mismo lobo, y si no las tienen, pero coinciden en el tiempo, podemos asegurar que las emiten individuos distintos, lo cual permite estimar el número mínimo de lobos que han aullado o ladrado en el coro.