Cuando el general Rupper, en un arrebato de locura, activa un ataque nuclear contra la Unión Soviética, el pánico se apodera del presidente de Estados Unidos. Todos los aviones B-52 estadounidenses, armados con bombas nucleares, se disponen a aniquilar el territorio soviético. Nada ni nadie los puede detener. En la película Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, Stanley Kubrick toca una cuerda sensible de la diplomacia de su país: se preserva la paz gracias a la terrible amenaza de una guerra nuclear. Fue en pocas palabras lo que teorizó Thomas Schelling, economista estadounidense que recibió el Premio Nobel de Economía por, según la Real Academia Sueca de Ciencias, "haber profundizado nuestra comprensión de los conflictos".
El Holocausto, Hiroshima, el horror de la II Guerra Mundial no tenía que repetirse nunca más. La prioridad del orden internacional en 1945 era impedir el estallido de una tercera guerra mundial. El mundo se divide en dos bloques, encarnados por EE UU y la Unión Soviética, dos potencias nucleares. La teoría de juego nace en ese contexto; estudia una situación en la que se enfrentan dos protagonistas cuya conducta determina la del otro y viceversa. En el libro La estrategia del conflicto, publicado en 1960, Schelling fue el primer científico en utilizar esa teoría para explicar la guerra fría.
¿Cómo interpretar en la actualidad esas teorías? ¿Valen para resolver o, al menos, entender un conflicto? Un informe del Human Security Centre de la Universidad British Columbia de Vancouver (Canadá) apunta que el número de guerras disminuyó desde el final de la guerra fría.
Las matemáticas no convencen a todo el mundo, la reducción de percepciones, emociones, opiniones, enfrentamientos, odios, dogmatismo y condición humana a formulaciones constantes y repetibles (ciencia / matemática), parece complicada. Si se suma serie de intereses, multiplícalos por historia y tradiciones, los conflictos parecen matemáticamente indescriptibles.
¿Por qué, en 1994, 800.000 tutsis fueron asesinados en silencio, con machetes? ¿Por qué cerca de 8.000 hombres perdieron la vida, asesinados a tiros, en julio de 1995 en Srebrenica (Bosnia-Herzegovina)? Millones de niños, un Kaláshnikov en la mano. Tantas preguntas a las que ningún especialista tiene respuesta. "La teoría es para conceptuar, hacer que la realidad sea inteligible". En las investigaciones de Schelling y Aumann, las reglas del juego no deben cambiar, lo que en situaciones de conflicto no es una garantía, como en Teléfono rojo, volamos hacia Moscú. Un arrebato de locura y, al final, la bomba explotó.